Nada sabe mejor en otoño que un pan casero con nueces. Este pan de espelta con nueces es ideal para acompañar quesos, embutidos o cremas saladas para untar. Las nueces picadas dan al pan un sabor a nuez y un poco de mordiente. Horneado correctamente, el pan de nueces queda húmedo y suave por dentro y agradablemente crujiente por fuera.
Las nueces no sólo dan al pan un sabor otoñal, sino que también le confieren un color ligeramente más oscuro. Dejamos reposar la masa entre 10 y 12 horas para que el pan no sólo tenga buen sabor, sino también la consistencia adecuada. Puedes preparar la masa la víspera si quieres hornear temprano por la mañana, o bien a primera hora del día de la hornada si no quieres hornear hasta la noche.
Otro consejo para trabajar con frutos secos: Los frutos secos eliminan la humedad de la masa. Puede evitarlo remojando los frutos secos antes de añadirlos a la masa. Sin embargo, entonces deberá reducir la cantidad de líquido que añade directamente a la masa. La cantidad depende del número de nueces en relación con el resto.
Para el caldo:
Para la masa principal
Colocar la masa en un bol y cubrirla con un paño húmedo o una tapa. Ahora hay que dejar reposar la masa durante 10-12 horas a temperatura ambiente (aprox. 22°C). Durante las primeras 1,5 horas, estire y doble la masa cada media hora para que se desarrolle bien.
Tras 10-12 horas de reposo, forme una bola con la masa y no la apriete demasiado. La masa ya no se amasa para evitar que salgan bolsas de aire.
Dejar fermentar la masa durante 90 minutos a temperatura ambiente en una cesta de fermentación enharinada. El horno puede precalentarse unos 15 minutos antes del final de la fermentación.
Calentar el horno a 250° C y calentar directamente un horno holandés, una fuente de horno o un molde para hornear pan.
Sacar el molde del horno y deslizar la masa directamente en el molde caliente.
Introducir el molde con la masa, tapado con una tapa, en el horno y hornear a 250° durante 10 minutos.
Transcurridos 10 minutos, baje el horno a 200°C y hornee la masa, tapada, durante 25 minutos más.
Al final, retire la tapa y hornee el pan de nuevo durante 10-15 minutos sin la tapa. De este modo, el pan adquiere un bonito color y una corteza crujiente.
Una vez cocido, sáquelo inmediatamente del horno y déjelo enfriar bien.
Consejo: es mejor hacerlo sobre una rejilla de alambre para que la base del pan pueda respirar.
La levadura con vitamina D transforma esta receta en una fuente de nutrientes aún más valiosa. ¡Lleve el sol a su plato!